lunes 24 de enero de 2011
Nota en S! de Clarín "Un (casi) angel para tu soledad"
¿Qué hace la “Nina” de la tele cuando promedia enero y calienta el sol?
"¿Nos podemos sacar una foto con vos?”, le pregunta una preadolescente a Belén Chavanne, que en todo 2010 hizo de Nina en la tira Casi Angeles. Siempre sonriente, Belén sólo muestra algo de incomodidad cuando le piden un autógrafo. “No me siento nadie como para andar dando firmas”, explica. A los 21 años, viene de terminar la filmación de su primer película: 555, con Antonio Birabent y Gonzalo Suárez. Después de rodar, se fue a Punta del Este, a la casa de una amiga.
–¿Cómo fue hacer la película?
–Estaba ansiosa, pero sin nervios, con muchas expectativas. Por suerte, la primera vez que nos juntamos con Antonio y Gustavo, el director, se dio esa chispa que tenía que haber. Con él ensayamos bastante y es algo que en tele no lo ves nunca.
–¿Y cómo es hacer televisión?
–Mientras estaba grabando, lo veía como un proceso de aprendizaje muy intenso. Era como meterme en una facultad intensiva de actuación. Ir creando el personaje, a medida que va ocurriendo la historia hacía que me apegara a los personajes, como si viviera lo mismo
"¿Nos podemos sacar una foto con vos?”, le pregunta una preadolescente a Belén Chavanne, que en todo 2010 hizo de Nina en la tira Casi Angeles. Siempre sonriente, Belén sólo muestra algo de incomodidad cuando le piden un autógrafo. “No me siento nadie como para andar dando firmas”, explica. A los 21 años, viene de terminar la filmación de su primer película: 555, con Antonio Birabent y Gonzalo Suárez. Después de rodar, se fue a Punta del Este, a la casa de una amiga.
–¿Cómo fue hacer la película?
–Estaba ansiosa, pero sin nervios, con muchas expectativas. Por suerte, la primera vez que nos juntamos con Antonio y Gustavo, el director, se dio esa chispa que tenía que haber. Con él ensayamos bastante y es algo que en tele no lo ves nunca.
–¿Y cómo es hacer televisión?
–Mientras estaba grabando, lo veía como un proceso de aprendizaje muy intenso. Era como meterme en una facultad intensiva de actuación. Ir creando el personaje, a medida que va ocurriendo la historia hacía que me apegara a los personajes, como si viviera lo mismo
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